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Steve McQueen, legendario icono de Hollywood, ha dejado una huella indeleble en la historia del cine, pero también en el mundo del automovilismo por su estrecha relación con las 24 Horas de Le Mans. Su pasión por los coches y la velocidad culminó en la producción de la icónica película "Le Mans" en 1971, pero su implicación en el mundo del motor va mucho más allá de la ficción.

Nacido el 24 de marzo de 1930 en Beech Grove, Indiana, McQueen se interesó por los coches desde muy joven. A principios de la década de 1970, en el apogeo de su carrera cinematográfica, decidió crear una película que captara la esencia de una de las carreras de motor más prestigiosas del mundo: las 24 Horas de Le Mans.

"Le Mans", dirigida por Lee H. Katzin, se estrenó en 1971 y captó la atmósfera única de este legendario evento. McQueen, un ávido conductor, insistió en hacer él mismo muchas de las escenas de conducción, lo que añadió una autenticidad poco común a la película. A pesar de las críticas encontradas en el momento de su estreno, "Le Mans" se considera hoy un clásico de culto, especialmente popular entre los entusiastas del automovilismo por sus extraordinarias secuencias de carreras.

Sin embargo, la historia de McQueen en las 24 Horas de Le Mans no se limita a su trabajo en la gran pantalla. En 1970, fue invitado por el piloto Jo Siffert a asistir a la carrera como miembro del equipo. McQueen aceptó entusiasmado, sumergiéndose en la atmósfera eléctrica del evento.

Su participación en las 24 Horas de Le Mans de 1970 quedó inmortalizada en una serie de fotografías icónicas, en las que McQueen aparecía inmerso en la acción, observando el rugido de los coches en la pista y charlando con otros entusiastas de las carreras. Estas imágenes aumentaron su leyenda y reforzaron su imagen de hombre varonil y entusiasta de la velocidad.

A pesar de su fama mundial, McQueen siempre ha sido considerado un hombre humilde y accesible por la comunidad automovilística. Su amor por los coches y las carreras era genuino, y su presencia en las 24 Horas de Le Mans fue aclamada tanto por los aficionados como por los participantes como una muestra de respeto por este deporte.

Más allá de su papel en "Le Mans" y de su presencia en la pista, Steve McQueen ha dejado un legado duradero en el mundo del automovilismo. Su innegable pasión por la velocidad y su deseo de captar en el cine la esencia misma de la competición han contribuido a elevar las 24 Horas de Le Mans a la categoría de acontecimiento legendario, inmortalizado para siempre en la historia del cine y del automovilismo.